MOTIVACIÓN, VOLUNTAD, DEBER

Aunque pensaba terminar con la trilogía de la adhesión al tratamiento, de la concordancia con todo lo que me aconsejan y me exijo, este artículo de Jose Antonio Marina me ha gustado de colofón y quería compartirlo. Se puede aplicar a todos los aspectos de la vida aunque él lo enfoca a la docencia más concretamente. Las palabras en cursiva son añadido personal para intentar vincular este negocio nuestro a sus reflexiones. Espero que os guste o al menos nos sirva para la reflexión.

La “motivación” es uno de los temas que más preocupa a los docentes. Bueno, a los docentes y a todo el mundo. Todos queremos estar motivados, motivar a alguien o que nos motiven: psicólogos, políticos, sacerdotes, vendedores, publicistas, enamorados, timadores, profesionales de la salud, personas que padecen una enfermedad y esperan . Recuerdo una viñeta que representaba a un mendigo con un cartel que decía: “Un poco de motivación, por amor de Dios”……………………………………………………………

 

Comencemos por el principio. Llamamos “motivación” a lo que explica el inicio, la dirección y el mantenimiento de la acción. En lenguaje vulgar, significa “tener ganas de hacer algo”. Resulta extraño que esa palabra –tan omnipresente e imprescindible en la actualidad– sea muy moderna……………………………………..

Si la idea es tan reciente, ¿cómo explicaba la psicología el comienzo de la acción, antes de que se inventara la palabra “motivación”? Pues apelando al concepto de “voluntad”, que, después de servir durante dos mil años para explicar el comportamiento humano, fue expulsado de los libros de psicología y de pedagogía.

El asunto es tan raro que escribí un libro para explicarlo: El misterio de la voluntad perdida (Anagrama). Aunque parece que ambas palabras –motivación y voluntad– significan lo mismo, pertenecen a dos enfoques diferentes. En el primero, la voluntad es la decide la acción. En el otro, es la motivación la que explica el comportamiento………………………………….

Entonces, ¿qué sucede si no estoy motivado, si no tengo ganas de hacer algo? Pues que no puedo hacerlo. …..???

Cuando yo era estudiante, el concepto de motivación no existía o, al menos, no oí nunca esa palabra. Precisamente, lo que nos repetían nuestros padres y maestros era: “Tienes que hacer lo que debes hacer, aunque no tengas ganas”. En realidad, eso seguimos pensándolo todos. Imaginen que llaman a un fontanero para que les arregle un grifo, y les hace una chapuza. Imaginen que van a protestar y que el fontanero les dice: “Es que ayer no estaba motivado para arreglar grifos”. Estoy seguro de que no la considerarían una razón convincente.

Debemos’ estar motivados

Es evidente que es mejor estar motivado para hacer las cosas, porque eso facilita el compromiso, el interés, el ánimo, la energía, favorece la atención y aleja el cansancio. Pero no es imprescindible para actuar. Atiendan a este diálogo: “Mamá, no tengo ganas de ir al colegio. No estoy motivado. Me aburro mucho, los niños se meten conmigo y los profesores no me quieren”. “Hijo, tienes que ir al colegio por tres motivos. El primero, porque hay que superar las dificultades. El segundo, porque al hacerlo te sentirás contento y satisfecho. Y sobre todo, porque eres el director del colegio y tu deber es ir”.

En efecto, el deber es un recurso que entra en juego cuando la motivación desfalle…………..

Hay que advertir que el deber no es contrario a la libertad, no es una coacción, sino que, al contrario, es un factor imprescindible para la libertad y la convivencia justa. Recordaré algunas nociones elementales, que todos sabemos, que todos usamos, pero sobre las que no reflexionamos mucho pues casi no nos damos cuenta.

Hay tres tipos de deberes. Unos, de coacción, impuestos por la autoridad…….. Si favorecen la justicia y fomentan la libertad son respetables, y si no, no. El deber de respetar las normas de tráfico favorece nuestra libertad de transitar, no la elimina. El segundo tipo de deberes deriva de las promesas y los contratos. Al hacerlos, me obligo a cumplirlos. El tercer tipo, el más expansivo y creador, lo constituyen los “deberes de proyecto”. Si quiero edificar una casa de diez pisos, “debo” construir los cimientos adecuados. Si quiero jugar bien al tenis, “debo” entrenarme. Si quiero aprender matemáticas, “debo” estudiar. Si quiero ser una persona decente, “debo” cumplir las normas éticas. Los deberes son un medio para conseguir un fin.

El deber es un marco de seguridad que nos salva cuando la motivación no funciona..……….

Cuando motivamos a una persona, hacemos emerger sus energías dormidas, incentivamos su acción, animamos sus esperanzas. Para conseguirlo, tenemos que apelar a los tres grandes e inevitables deseos que tienen los seres humanos, niños, adolescentes, adultos o ancianos. El primero es pasarlo bien, disfrutar, sentirse seguros. Este no lo tenemos fácil pero no es imposible.

Disfrutar es un concepto amplio y para cada uno significa algo distinto. Es el deseo hedónico. El segundo es la necesidad de querer y ser querido, de ser reconocido y valorado. Es el deseo de vinculación social. Nuestros amigos, familia, los profesionales que nos asisten son parte de nuestro asidero social. El tercero me impulsa a progresar, a sentirme capaz, a encontrar sentido a las cosas. Nadie quiere sentirse insignificante ni sentirse empantanado. Hay en todos nosotros un deseo de sentido, de superación, de progreso que no podemos evitar y que, si lo hacemos, acaba pasando una pesada factura: el desánimo, la depresión, el aburrimiento, la desesperanza.

Si no estamos motivados, ¿qué podemos hacer? Intentar aplicarnos lo que sabemos sobre motivación. Y, si no funciona, cumplir con nuestro deber, con ganas o sin ganas. En este negocio somos especialistas, aunque a veces bebamos más agua de la cuenta .

Autora Sofia Zarraga Larrondo(Jefa Clinica del servicio de Nefrologia De El Hospital Universitario de Cruces )

 

2 pensamientos en “MOTIVACIÓN, VOLUNTAD, DEBER

  1. Ante todo.Feliz 2015. He oido tantas veces esa palabra. «motivación». Pero hay un momento en la vida,llega un dia,k nada ni nadie te «motiva».en estos momentos,la ayuda d familiares y amigos es crucial.pero,x mucho k t tiren la cuerda,si no kieres salir dl pozo,no sales. Lo mismo pasa cn esta palabra. X mucho k te digan,expliquen.. Si estas todos los dias cn dolores,cansada..y tienes un dia d luz k te comerias el mundo,pero si al día siguiente,solo te quieres morir… Entonces no sirve d nada ni el valor,ni la motivacion,ni la mano para sacarte d tu tristeza.

  2. Egun On.
    No entrare en disquisiciones sobre motivación y voluntad, yo también soy de la época de «estudias o estudias» sino a trabajar. Hoy esto nuestros hij@s no lo entenderían, son de esta época, «estudias y estudias, no trabajas no trabajas», aquella amenaza no sirve hoy, no depende de la motivación ni
    de la voluntad.
    Sin embargo ambos conceptos si son aplicables en infinidad de asuntos que nos rodean en nuestro día a día, más si cabe en nuestro caso como pacientes de una enfermedad crónica, que a día de hoy no tiene cura (ni monja). Necesitamos tener voluntad de vivir aunque en ocasiones nos sobre motivación, pero al mismo tiempo necesitamos motivación para tener voluntad de seguir viviendo. Motivación y voluntad, voluntad y motivación, el orden de factores no altera el producto, necesitamos motivación para tener voluntad y necesitamos voluntad para buscar motivación. Por lo tanto entiendo que ambas palabras, combinadas en el orden que queramos deben formar parte de nuestro ADN. Nos ayudara a seguir luchando. Menos mal que no iba a entrar en disquisiciones. URTE BERRI ON

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