INMUNOSUPRESORES: EFECTOS ADVERSOS


NUESTRA COMPAÑERA LA NEFRÓLOGA SOFIA ZARRAGA, EXPERTA EN TRASPLANTE RENAL, HA PUBLICADO EN COLABORACION CON ALCER (FEDERACIÓN NACIONAL)UN ARTICULO MUY INTERESANTE SOBRE «LOS EFECTOS ADVERSOS DE LA MEDICACION INMUNOSUPRESORA EN LAS PERSONAS TRASPLANTADAS».
He copiado la primera parte del articulo la segunda parte describe los inmunosupresores y las combinaciones empleadas,si os parece interesante ampliar la información, la encontrareis en la revista nº 184 de ALCER.
Muchas gracias por vuestro ínteres en el blog.


EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS FARMACOS INMUNOSUPRESORES

Las personas que reciben un trasplante renal necesitan tomar fármacos inmunosupresores para anular la respuesta inmune del organismo ante un cuerpo extraño. Como todos los fármacos estos medicamentos no están exentos de efectos secundarios que hay que conocer, reconocer y dimensionar. Es importante saber por qué los tomo y de qué me están protegiendo.

Una de las definiciones que más me gusta del bienestar de la persona trasplantada dice lo siguiente:
» La persona trasplantada que se encuentra bien es aquella que al cabo de un año de trasplante tiene una función renal estable, buena tolerancia a la inmunosupresión y una sensación subjetiva de bienestar».
¿ Por qué tiene que pasar un año?. El primer año de trasplante es el momento de aparición de las posibles complicaciones agudas (rechazo, infecciones y complicaciones quirúrgicas fundamentalmente). También es durante el primer año cuando se emplean mayores dosis de medicación inmunosupresora porque la respuesta inmune es más intensa. Y ese primer año es el tiempo razonable para que la persona se adapte a la nueva situación y la nueva medicación. A priori, no conocemos la capacidad de una persona para necesitar más o menos inmunosupresión. Tenemos algunos datos indirectos pero no marcadores de riesgo de rechazo, o de infección fiables al cien por cien. Necesitamos ese año para ir conociendo a la persona y adecuar la inmunosupresión a su respuesta.

Nuestra intención siempre es

individualizar el tratamiento.

 

De la toma correcta de los fármacos inmunosupresores depende la vida a largo plazo del injerto renal. Cada vez más estudios apoyan que la falta de adherencia a estos fármacos es la causa de lo que se ha venido llamando rechazo crónico. Si una persona trasplantada de riñón no toma la medicación inmunosupresora prescrita, o lo hace de forma irregular, su organismo responde con una inflamación de baja intensidad pero pertinaz. Y esa inflamación resultará en la pérdida del injerto renal en un tiempo variable. Y además penalizará a la persona desde el punto de vista inmunológico, haciendo que encontrar un segundo o tercer riñón, sea más difícil por la presencia de anticuerpos.

Los efectos secundarios no deseados

de los inmunosupresores,

son una de las causas de falta de

cumplimiento de la medicación prescrita.

 

No todos los efectos tienen la misma intensidad e importancia en el desarrollo de la vida cotidiana. Algunos dependerán de niveles y dosis del fármaco y se aliviarán con el ajuste adecuado del mismo. Otros efectos dependen de la idiosincrasia personal y son más difíciles de controlar. En cualquier caso deberá consultar con su nefrólogo y comentarle la presencia de estos síntomas no deseados y la posibilidad de paliarlos

También es importante que sepa de la posibilidad de que los fármacos, infusiones y diversas sustancias interaccionen entre sí, modificando su metabolismo. Por tanto un efecto que antes no había aparecido aparece con la toma de un antibiótico que casualmente aumenta los niveles del fármaco inmunosupresor. Su nefrólogo le indicará las sustancias con las que debe tener precaución.

No es mi intención hacer un listado exhaustivo de los posibles efectos no deseados de los fármacos inmunosupresores sino de los más frecuentes. Desde mi punto de vista, el efecto adverso más dañino es la falta de adherencia a la medicación, cuyo resultado es la pérdida del injerto renal.

DÍA DEL DONANTE DE ÓRGANOS .la donación da mucha vida.

El 6 de junio se ha celebrado el Día Nacional del Donante de órganos y Tejidos, este año con el lema ‘La donación da mucha vida’

La ONT, las Sociedades Científicas y los pacientes trasplantados apuestan por la donación renal de vivo y agradecen a los donantes y sus familias su generosidad y reconoce el especial valor del gesto de donar un riñón en vida.Muchas gracias donantes.

http://marcaespana.es/actualidad/sociedad/dia-nacional-del-donante-multiplica-el-valor-de-tu-vida

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Sexualidad y enfermedad renal


La sexualidad en los pacientes renales un tema importante que se plantea pocas veces por parte de los enfermos a los profesionales. Me ha parecido muy interesante este artículo publicado en la revista SEDEN escrito por  Lola  Montalvo, bloguera  reconocida y compañera nuestra. Espero que os guste y que os aclare algún conceptos.

La sexualidad en los enfermos renales crónicos.

 

 

En el articulo comenta que:

…Las enfermedades crónicas, como la ERC, con frecuencia están asociadas con disfunciones sexuales, en las que la capacidad para tener deseo o mantenerlo está afectado de forma destacada, tanto en el hombre como en la mujer. Toda alteración de la sexualidad se puede enfocar desde diversos aspectos: físicosorgánicos y psicológicos…

 

Y termina aludiendo a la responsabilidad de los profesionales y a la esperanza para el paciente:

Cada situación tendrá su solución individualizada…, quizá sea necesario remitir al enfermo a otro especialista. Lo que estas personas deben entender es que este problema tiene posibilidad de solucionarse, de intentarlo al menos.
Los profesionales de la salud tenemos la responsabilidad de indagar sobre estos aspectos de la vida cotidiana de los enfermos con ERC que atendemos, para facilitar una solución ante los primeros indicios de alteración.

Por Lola Montalvo.

 

Caminar con regularidad, aunque sea poco, puede disminuir el riesgo de muerte

Artículo interesante editado hace unos meses de Nick Mulcahy  sobre un estudio de la doctora Patel y colaboradores

Ahora que estamos a principio de año vamos a animarnos a coger el hábito de caminar acompañados de nuestras limitaciones.

Cancehttps://www.cancer.org/research/we-conduct-cancer-research/epidemiology/cancer-prevention-study-2.html

 

Caminar con regularidad, incluso por debajo del nivel mínimo recomendado para estar en buena forma física, se asocia a un descenso de la mortalidad global, en comparación con la inactividad, según los nuevos datos de un estudio de cohortes estadounidense de prevención del cáncer en personas de edad avanzada.

«Muchas personas consideran un reto enorme empezar un programa de ejercicios. Creen que es necesario correr mucho o hacer algún ejercicio intenso», afirmó la Dra. Alpa Patel, autora principal, investigadora de la American Cancer Society.

«El simple hecho de salir a caminar tiene un efecto beneficioso enorme para la salud».

Caminar es «sencillo, gratis, y no requiere ningún tipo de entrenamiento; es la actividad ideal para la mayoría de los estadounidenses, sobre todo cuando empiezan a envejecer», aseguraron la Dra. Patel y los coautores del estudio.

Varias guías clínicas aconsejan a los adultos realizar más de 150 minutos de ejercicio físico de intensidad moderada, o 75 minutos de ejercicio físico de intensidad elevada a la semana, para conseguir «una salud óptima». Estos son los niveles mínimos recomendados.

Pero este estudio nuevo mostró que andar a velocidad moderada 120 minutos o menos cada semana, también mejora la esperanza de vida.

En otras palabras, hacer ejercicio por debajo del nivel mínimo recomendado para los adultos también tiene efectos benéficos. Sin embargo, no se trata de «marcha deportiva», ni tampoco de «pasear por el supermercado», puntualizó la Dra. Patel.

El estudio evaluó andar a «una velocidad intermedia». Dicha velocidad «puede hacerle sentir finalmente un aumento ligero de la frecuencia respiratoria, y le permitirá recorrer alrededor de 2 kilómetros en 20 minutos», explicó.

La Dra. Patel añadió que «caminar a dicha velocidad es una actividad de intensidad moderada, y eso es lo que la mayoría de la gente no sabe».

Un poco es mejor que nada

La caminata es la actividad física realizada con más frecuencia, y se ha vinculado a disminución del riesgo de cardiopatía, diabetes y cáncer de mama o de colon. Pero este nuevo estudio es el primero que analiza exclusivamente el caminar (separado de otras actividades), en relación con la mortalidad en hombres y mujeres de edad avanzada.

Para conseguirlo, la Dra. Patel y sus colaboradores revisaron los datos de más de 62.000 hombres y 77.000 mujeres incluidos en la cohorte de nutrición del Cancer PreveCCanceancention Study II , que evaluó a los participantes periódicamente con cuestionarios enviados por correo. El criterio principal de valoración de este estudio era la mortalidad global entre los años 1999 y 2013.

La media de edad de los participantes en 1999 era de 71 años en los hombres, y de 69 en las mujeres.

En este estudio, 5,8% de los hombres, y 6,6% de las mujeres no realizaban actividad física moderada a intensa al inicio en 1999. Estas personas «inactivas» presentaban un aumento de 26% del riesgo de muerte prematura, comparadas con las participantes en el estudio que caminaban «algo», pero por debajo de los niveles mínimos recomendados mencionados con anterioridad (hazard rate ratio [HRR]: 1,26).

Por el contrario, andar más estaba asociado a una mortalidad global más baja (HRR: 0,80). «Al comparar a los participantes en el estudio que cumplían o sobrepasaban las recomendaciones mínimas de ejercicio, con las personas que caminaban un poco (pero por debajo del mínimo recomendado), se observó un descenso del riesgo de mortalidad de 20%», destacó la Dra. Patel.

Los análisis multifactoriales se ajustaron a otros factores de riesgo, como tabaquismo, obesidad y enfermedades crónicas.

«No hay duda de que es mejor caminar mucho. Pero también es verdad que caminar un poco es mejor que nada. Lo peor es permanecer completamente inactivo», concluyó la Dra. Patel, resumiendo los hallazgos en una entrevista con Medscape Noticias Médicas.

Este estudio aporta «un hallazgo interesante, pero probablemente poco sorprendente», señaló el Dr. Roger Fielding, profesor de nutrición y medicina de la Friedman School of Nutrition Science and Policy, de la Tufts University School of Medicine, de Boston, en Estados Unidos.

«La conclusión final es que cualquier actividad física, en este caso, caminar menos de 2 horas a la semana, tiene efectos favorables considerables y con repercusión clínica respecto a la mortalidad», declaró el Dr. Fielding a Medscape Noticias Médicas.

El efecto beneficioso es mayor en las personas que alcanzan o sobrepasan los niveles de actividad física recomendados, resumió el Dr. Fielding, coincidiendo con la Dra. Patel.

El grado de actividad física también tiene un efecto dosis-respuesta, como ocurre al andar con cierta regularidad durante 2 años respecto al descenso de la mortalidad y del riesgo de incapacidad, añadió el Dr. Fielding, citando LIFE, su propio estudio aleatorizado publicado recientemente.[2]

La Dra. Patel también destacó los resultados recientes en cifras absolutas, pero recordó que no se habían ajustado los factores de confusión.

La tasa de mortalidad global estandarizada por edad de las personas participantes inactivas era de 4293 por 100.000, y esta cifra bajó a 2851 en los participantes que caminaban menos del nivel recomendado. Esto supone 1442 muertes menos por 100.000, que en las personas participantes inactivas. La cifra disminuyó todavía más en quienes cumplieron o sobrepasaron los niveles mínimos de ejercicio: 2088 por 100.000 en las personas que andaban una o dos veces más que los niveles mínimos recomendados. «Considero que estos son unos descensos importantes del riesgo», concluyó la Dra. Patel.

La Dra. Patel también declaró a Medscape Noticias Médicas que da paseos diarios por el camino de 400 metros en el patio de la sede central de la American Cancer Society en Atlanta durante los días laborables, y en el Centennial Olympic Park cercano. Los coautores del estudio hacen algo parecido. «En la actualidad muchas personas se reúnen para caminar en lugar de permanecer sentadas en las oficinas», aseguró la autora.