En nuestra sociedad la mayor causa de mortalidad es el daño en las arterias, porque al reducirse la llegada de sangre (y por tanto oxígeno y nutrientes) a los tejidos, puede producir a su vez daño irreversible en el corazón o el cerebro.
El daño en las arterias, además de deberse al propio proceso del envejecimiento, está muy acelerado por factores como la hipertensión, el colesterol, la falta de ejercicio, la obesidad y el tabaco. Es muy frecuente que los pacientes con insuficiencia renal crónica presenten alguno o varios de estos factores de riesgo, pero, además, la propia insuficiencia renal crónica acelera el daño arterial.
Dado que la función renal perdida no se puede recuperar, esta enfermedad acelera el envejecimiento arterial de forma continua. ¿ Podemos hacer algo para compensar este ataque continuo a las arterias ?
Pues sí, y es reducir los otros factores de riesgo mencionados (hipertensión, colesterol, etc.) a niveles inferiores a los del resto de la población, para así compensar el daño arterial que produce la insuficiencia renal crónica con una intensa reducción del resto de los factores de riesgo.
Mantener un estrecho control de la tensión arterial y colesterol en pacientes con insuficiencia renal crónica reduce la mortalidad, el número de infartos y hemorragias cerebrales y las lesiones cardiacas, sobre todo si además evitamos el exceso de peso, el tabaco y la vida sedentaria. Por eso, debemos intentar lograr cifras de tensión arterial por debajo de 13,5/8,5. Además de evitar la sal, la consecución de objetivos tan estrictos suele requerir no uno, sino varios fármacos.
Hay varias familias de medicamentos útiles para el control de la tensión arterial. Es difícil recordar sus nombres porque numerosas empresas fabrican fármacos de este tipo, y cada una les pone un nombre elegido por ellas. Pero las sustancias que esos productos llevan (los llamados “principios activos”) se pueden agrupar en:
- los que acaban en “-pril”: Enalapril, Quinapril…
- los que acaban en “-sartan”: Candesartan, Irbesartan, Valsartán…
- los que acaban en “-pino”: Amlodipino, Manidipino, Nifedipino…
- los que acaban en “-lol”: Carvedilol, Bisoprolol, Lebivolol…
- los que acaban en “-ina”: Doxazosina…
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Editado en diciembre de 2012. Revisado en noviembre de 2014. Revisado en marzo de 2021